Artículo sobre el cartel de La Jarosa
que publicó la
revista Ciclismo
A Fondo
Sergio Palomar, 30/07/2008
Aunque resulte increíble, de vez en cuando descubrimos
algún rinconcito nuevo de Madrid en nuestras salidas ciclistas,
alguna carretera, algún puerto o algún lugar con encanto
especial donde, por alguna extraña razón, nunca habíamos
transitado con nuestras maquinas de dos ruedas. Precisamente eso me ocurría
con el lugar donde hoy nos centramos: el Alto de
la Jarosa.
Para situarnos, indicar que este puerto se encuentra
ubicado en plena sierra de Guadarrama, partiendo
de la localidad homónima
y compartiendo inicio con el conocido alto de El León. Hasta
hace unos pocos años estábamos hablando de una pista
de tierra que, desde Guadarrama, nos permitía alcanzar la
cuerda de Cuelgamuros (célebre por ser el lugar donde se encuentra
el Valle de los Caídos) para adentrarnos en los pinares de
Peguerinos, lugar habitual de rutas en bicicleta de montaña.
Sin embargo, en la actualidad, una fina capa de asfalto áspero
cubre el trazado de esta pista convirtiéndola en ciclable
a nuestras monturas de carretera con el aliciente de encontrarse
cerrada al tráfico rodado.
Así llevaba esta ascensión en mi lista de asuntos
pendientes hasta que, por fin , he decidido hincarle el diente.
Vamos a comenzar nuestra ruta de aproximación en la localidad
de Soto del Real desde donde nos dirigimos hacia Manzanares el
Real y Cerceda, a través de una de las carreteras mas
populares entre los ciclistas madrileños, de esos sitios
donde siempre te encuentras alguien en bici llueva, nieve, haga
sol o viento. En Cerceda nos desviamos hacia Becerril de la Sierra y Collado Mediano
en una zona de agradable rodar que nos permite ir preparando las
piernas para la dura ascensión que nos espera.
Ya en las calles de Guadarrama, para encontrar el comienzo de la
ascensión no tenemos mas que seguir la calle principal en
dirección al alto del León hasta encontrar a la izquierda
un cartel que nos indica: Embalse de la Jarosa. Como referencia,
indicar que se encuentra un poco antes de llegar al desvío
hacia la cercana localidad de Los Molinos.
Los primeros metros son de suave pendiente, aún por las calles
de la localidad serrana. Poco a poco, según abandonamos el
casco urbano, comenzamos a transitar entre urbanizaciones, a la par
que la carretera cobra inclinación paulatinamente. Delante
de nosotros aparece un impresionante viaducto sobre el que transcurre
la autovía A6, coincidiendo con la inclinación máxima
de este primer tramo, que se va a mantener unos cientos de metros
en porcentajes duros, en torno al 7% u 8% hasta alcanzar el embalse
de la Jarosa.
Ahora la carretera se torna llana en unos kilómetros de agradable
rodar en los que rodeamos el embalse hasta un área recreativa.
Tras superar la barrera que impide el paso a los vehículos
motorizados comienza realmente la salsa de esta subida.
Una primera rampa de bienvenida para ayudar a las
piernas a cambiar el chip del falso llano anterior, seguida de una
pequeña bajadita
nos van a depositar ante una durísima rampa de 700 m. al 15%
de media y con puntas del 18% a lo que tenemos que sumar el asfalto
roto y rugoso que hace de nuestro avance una labor penosa. Sin embargo,
no nos desanimemos, esta es sin duda la parte mas dura de la ascensión.
Tras la misma tenemos un breve descansito antes de afrontar otra
serie de rampas duras en lo que es la tónica de esta subida.
Rampón, descanso, rampón, descanso.
La subida transcurre en un entorno sumamente agradable que mitiga
el sufrimiento. Estamos rodeados de un denso pinar que de poco en
poco nos deja apreciar la panorámica de lo que llevamos ascendido.
Tras uno de los descansos de la subida, las rampas
duras desaparecen y llegamos la parte final que en una suave pendiente
nos va a depositar en el punto culminante de la ascensión
en una zona donde los pinares van dejado paso a los prados de montaña.
Un artesanal cartel de madera, cortesía del forero BuruM de
Altimetrias.com sirve para dejar constancia de nuestra ascensión
en un lugar idílico con una excepcional panorámica
sobre la sierra madrileña. Han sido casi 11,8 km. de ascensión
para vencer los 463 m. de desnivel con los que cuenta esta subida. Tras recuperar fuerzas y reagruparnos, el descenso lo realizamos
por la otra cara que cierra el bucle y que nos va al comienzo del
tramo llano en el que rodeábamos el embalse. Esta cara tiene
similar dureza aunque quizás sea un poco mas constante en
sus rampas, otro día la probaremos. El único inconveniente
es el asfalto roto que nos obliga a extremar las precauciones en
la bajada.
De vuelta al pueblo, emprendemos la vuelta hacia Soto
del Real con un pequeño bucle hacia la cercana localidad de
Cercedilla, aunque bueno, eso es otra historia.
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